lunes, 22 de diciembre de 2014

DEMONIOS EN LAS IGLESIAS.






Una vez estado yo en la iglesia a la que asisto, en ella había  una celebración de padres, quienes pusieron en un proyector, la imagen de un padre con su hijo sobre sus hombros en la predicación, para dejarla de fondo.
Había una sierva del Dios predicando ese día y luego de leer la palabra ella comenzó a reprender y  sentía una perturbación. En eso, la voz de Jehová me dijo: “mira y observa”, Él mismo me dirigió la vista hacia la foto de la pantalla, y ví cómo el rostro del niño comenzó a desfigurarse varias veces; entonces pensé que yo tenía problemas con la vista, y quise desviar la mirada, pero Jehová me decía: “mira y dime qué ves”, yo le digo: “veo un demonio que desfigura el rostro del niño”, y le pregunto: “¿cómo es posible?, si se invocó tu presencia y tu Espíritu Santo está aquí”. Me dijo: “no todo lo que veas, es como lo ves; solo Yo doy discernimiento a aquel que Yo quiero, y me lo pide y Yo revelo lo oculto. Ves, si hay división y pecado en mi casa, es porque ahí ellos están. No le he dicho a mi pueblo y a mis siervos: ‘ayuno, oración, vigilia’.  ¡No es entretenimiento!, es ayuno, oración y el que está en pecado sea amonestado y se arrepienta del pecado y se torne a Mí, y Yo lo perdonaré. ¿No le he dicho a mis siervos que prediquen que sin santidad nadie me verá?. Sus ojos, los ojos de ‘Mi pueblo’ tienen escamas y no ven”.


Yo dije: “Señor, es cierto lo que mis ojos ven”, y me volteo y le digo a mi esposo: “¿puedes mirar la foto del rostro del niño?”, él lo hizo y dijo: “uy… ¿qué es eso?”. Me dice el Señor: “Yo abro para que vean”, me volteo y le digo a mi madre que vea y ve lo mismo, y cuando le pregunto a otra sierva lo mismo, también lo ve y se queda sorprendida. La voz me dice: “¿Acaso no soy Yo, Jehová que revelo lo oculto?. No dejes de interceder por mi pueblo, están dormidos, no ven, no oyen, están entretenidos”.

También he estado en lugares y me ha dicho: "mira y dime qué ves", y los veo en las atmósferas, cómo se mueven, cómo trabajan, qué hacen. Me ha dicho: “quiero que veas y mires contra qué pelea mi pueblo, para que entiendas cuán grande es mi amor porque los amo, ¿no me has dicho que quieres amar como Yo los amo?, ¿no me has pedido poder comprender porqué tantos caen en el mismo pecado?. ¡No son hacedores de mi Palabra!. Yo les he dado potestad. Cuando digo: ‘resistid y huirá de ti’, es porque Yo veo y salgo en su ayuda”. A medida que El, Jehová me ha ido mostrando, es que he visto lo que su Palabra dice, mi lucha no es contra carne, ni sangre sino contra huestes y principados.  Aun me sigue enseñando.  

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En otra imagen que pusieron una Biblia abierta, pero que no se leía bien la palabra, sobre ella había una nube blanca, vuelve y me dice Jehová: “mira y dime qué ves en ella”, y le dije: “vi que la nube blanca tenía el dibujo de una mujer con un sombrero ovalado y de punta alta como el que usan las brujas”. Estaba su rostro sobre la biblia, me decía: “ves, no hay discernimiento”. 

Esto lo he visto y le pregunté al Señor que me dé fortaleza para poder hablar con mi pastor y hablar todo lo que el Señor Jehová me ha ido revelando, le doy gracias a Dios Jehová porque a través de la oración han ido cambiando muchas cosas que no me agradan de  la iglesia, pensaba irme corriendo, pero Jehová viene preparando algo para mí y no importa lo que vea, porque El es mi Salvador Jesucristo.

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El Señor Jehová me dio hace dos años una palabra, que mi posición (ministerial) me la daba Él y no el hombre. Luego de dos años muchos que no me creían cuando hablé la verdad y me dieron la espalda. Jehová me dio una de sus promesas, que mi esposo aceptará a Jesús como su Salvador, vi como un mes antes de los dos años se cumplía la palabra. Cuando en una visión, vi a dos varones de Dios que oraban para que mi esposo fuera libertado, pues él era alcohólico y comenzaba a ser un jugador. Pero ese día vi cómo primero se rompió una cadena grande y gorda por la mitad cuando el varón más adulto dio un puño sobre mi hombro y el segundo pastor más joven dio otro puño sobre el puño del varón que estaba sobre mi hombro y entonces se rompieron los yugos. Yo comencé a llorar, pero aun en mi humanidad no había comprendido lo que Jehová había echo. Hasta que ese viernes mi esposo dijo: “me cansé ya no quiero seguir así”.

Hermanos son tantas cosas que Jehová viene haciendo a mi vida, que si les cuento no termino. Di este testimonio corto en mi iglesia y la gente quería mas, aun le pido a Señor que me permita llevar mi testimonio  un tiempo más para hacer entender a muchas mujeres que El aún sigue haciendo milagros y rompe cadenas.

Ahora en mi iglesia no me llaman por mi nombre ahora soy: ‘Sierva del Señor’ o ‘Sierva de Dios’. No me importa si ya no me llaman por mi nombre, pero cuando me llaman sierva del Señor le doy gracias a Dios por he hallado gracia en su presencia y sé que hay mucho aun por hacer.

Dios les bendiga su hermana en Cristo. 





María Collazo
Puerto Rico





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