RESPECTO AL INFIERNO – ADAPTADO DE UN SERMÓN
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Esta mañana predico un sermón adaptado del mensaje “Del
Infierno” por John Wesley. George Whitefield y John Wesley eran los dos más
grandes predicadores del siglo dieciocho. Estos dos hombres fueron utilizados
por Dios para poner en el mundo en llamas por su predicación. Tan grande fue el
avivamiento que surgió durante el ministerio de ellos que ahora lo llamamos “El
Primer Gran Despertamiento.” No puedo entrar en los detalles de los eventos que
sucedieron durantes este notable tiempo en la historia. Suficiente es decir que
Whitefield y Wesley pusieron el mundo cabeza abajo. Whitefield era Calvinista.
Wesley era Arminiano. Pero ambos predicaban la necesidad de la conversión, y
miles fueron salvos bajo sus ministerios. Cuando Whitefield murió se supo que él
deseaba que el Sr. Wesley predicara el sermón en su funeral, lo cual él hizo,
dándole gran honra al evangelista. El Sr. Wesley era el fundador de la Iglesia
Metodista de antaño.
He aquí el sermón de Wesley “Del [respecto al] Infierno.”
Te daré su bosquejo básico, con los puntos en Español actual, para que lo
entiendas mejor esta mañana. Muchas de las palabras y frases quedan sin cambiar,
o con ligeros cambios.
Wesley nos da la manera Antigua de predicar en nuestras
iglesias Protestantes y Bautistas. ¿Cuántos pastores hoy pueden predicar un
sermón? Pocos se atreverían en esta “edad oscura” de decisionismo. Tendrían
miedo de las mujeres de edad media que controlan el contenido y la entrega de la
predicación en la mayoría de iglesias en el mundo de habla Inglesa. ¡Con razón
no hay avivamiento verdadero! ¡Con razón el 88% de jóvenes evangélicos en sus
veinte abandonan la iglesia para nunca volver, según George Barna! ¡Con razón la
mayoría de hombres odian ir a la iglesia! Las mujeres de edad media no
deben controlar el contenido y la entrega de sermones. Yo creo que necesitamos
más sermones como este de Wesley.
Aquí está “Del Infierno” por el Reverendo John Wesley,
M.A., Oxford University, “Of Hell,” Sermón LXXIII, Wesley’s Works, Sermons,
tomo II, Grand Rapids: Baker Book House, 1979, pp. 381-391).
Jesús describió el Infierno como un terrible lugar de
tormento. Él dijo que el Infierno es el lugar donde los hombres inconversos
pasan la eternidad sin fin, sin esperanza. El Infierno es el lugar
“Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se
apaga” (Marcos 9:48).
No debes pensar que estos hechos del Infierno se deben
predicar a los grandes pecadores. Cristo le hablaba a aquellos que sin duda eran
los hombres más santos en la tierra en aquel entonces. Antes en Marcos capitulo
nueve, verso treinta y cinco leemos:
“Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les
dijo...”
(Marcos 9:35).
(Marcos 9:35).
Las palabras que Jesús habló en nuestro texto se dirigían a
los Discípulos. A ellos les dijo Él que el Infierno es el lugar
“Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se
apaga” (Marcos 9:48).
Como Cristo dio estas palabras a los Apóstoles, está
correcto hablar del Infierno a los amigos de Cristo hoy. El tema del Infierno no
es solo para aquellos grandes pecadores. El Infierno es un lugar terrible, y
todos debemos pensar en él muy seriamente.
La Biblia nos dice que el Infierno fue preparado para “el
diablo y sus ángeles.” Los que vayan al Infierno descubrirán dos cosas (1) lo
que han perdido, y (2) lo que sentirán. Hablaré de estas dos cosas y luego
sacaré unos cuantos pensamientos e inferencias adicionales.
I. Primero, piensa en lo que perderás en el Infierno.
Lo que perderás cuando vayas al Infierno empezará el
momento en que mueras. En ese instante, perderás todos los placeres y deleites
que tenías al vivir. El olor, el sabor, tocar, ya no dan placer más. Tu cuerpo
estará muerto y las cosas que daban placer a tu cuerpo se habrán ido. En las
llamas del Infierno todos los placeres terrenales se olvidan, o se recuerdan en
dolor, ya que se habrán ido de ti. Todos los placeres de la mente y del cuerpo
se habrán ido para siempre. No hay belleza en aquel lugar oscuro. No habrá luz,
solo aquella de las llamas ardientes. No habrá nada nuevo, ¡solo una escena de
horror tras otra! No habrá música, solo sonidos de llanto, quejas y chillar de
dientes, solo los sonidos de las almas condenadas maldiciendo y blasfemando
contra Dios, y gritándose unos a otros, sin fin. Y no habrá nada ahí para que te
sientas mejor. Los que van al Infierno son herederos de vergüenza y desdén
eterno.
Así, los que entren al Infierno estarán separados de todo
lo que amaron al vivir en la tierra. En ese momento otra pérdida comenzará – los
que entren al Infierno perderán para siempre a toda la gente que amaron en la
tierra. Serán arrancados de sus parientes más queridos. Sus esposas, esposos,
padres, hijos, y amigos cercanos serán arrancados de ellos para siempre – porque
no hay amistad en el Infierno. No tendrás amistades ni parientes cerca para
consolarte. Los habrás perdido por toda la eternidad.
Hay otra pérdida en el Infierno. La pérdida del Cielo.
Perderás para siempre la esperanza de ir al Cielo. Jamás verás a Jesús, a los
salvos, o a los ángeles. Estarás cortado del Cielo por todo el tiempo y la
eternidad. La Biblia habla de aquellos que “sufrirán pena de eterna perdición,
excluidos de la presencia del Señor.” Ser excluido de la presencia del Señor es
la misma esencia de la perdición. Y ese ser excluido dura para siempre. Es
“perdición eterna.”
Tal será la pérdida que experimentarán aquellos sobre
quienes se pronuncie la terrible sentencia: “¡Apartaos de mí, malditos!” ¡Qué
terrible maldición, si no hubiera otra! Pero eso no es todo. Porque sumado a las
cosas que pierdas estarán las cosas que sentirás en el
Infierno. Esto es expresado por las palabras de Cristo: “Donde el gusano de
ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.”
II. Segundo, piensa en lo que sentirás en el Infierno.
La primera cosa que sentirás será el gusano que nunca
muere. [Nota de Dr. Hymers: Yo creo que este es un gusano de verdad, aunque tal
gusano nunca se ha visto en la tierra. Es la descripción de algo tan terrible
que Cristo dijo: “su gusano nunca muere”].
También parece referirse a la conciencia culpable,
incluyendo la condenación propia, dolor, vergüenza, remordimiento, y una intensa
realización de la ira de Dios. ¿Quién puede soportar la profunda depresión de
una conciencia aguijoneada por un sentido de culpa? Muchos han escogido el
suicidio en vez de la vida cuando experimentaron tal depresión en la tierra.
¡Pero la angustia del mundo presente es chica comparada al dolor mental que
aquellos en el Infierno padecerán, cuando estén completamente despiertos para
sentir la ira de un Dios ofendido! Añádele a esto todas las pasiones impías –
miedo, horror, cólera, malos deseos, lujurias que jamás se podrán satisfacer.
Todos los de emoción impíos – envidia, celos, malicia y venganza. Todos estos
acosarán tu alma sin final, como se dijo que el ave de rapiña comía el hígado de
Tito. Si a estos le añadimos el odio a Dios, juntos nos pueden dar una pequeña
idea imperfecta del dolor causado por el gusano que nunca muere.
Ahora, nota otra cosa en el texto:
“Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego
nunca se apaga” (Marcos 9:48).
Cristo dice: “el gusano de ellos” – y luego Él
dice: “el fuego nunca se apaga.” Esto no es por casualidad. ¿Entonces
cual es la razón por la variación de la expresión?
Parece ser esta: el fuego será igual para todos en
el Infierno, solamente que más intenso para algunos, según su grado de culpa.
Pero el gusano de ellos será diferente en cada caso. Cada cual tendrá
un gusano asignado para acosarle. Cada gusano variará, según las varias clases y
grados de maldad. Esta variedad surgirá en parte del justo juicio de Dios,
“recompensará a cada cual según sus obras.” No dudamos que esta regla tomará
lugar de inmediato en el Infierno, y no solamente en el Ultimo Juicio. Cada
persona en el Infierno recibirá su propia mala recompensa, según sus obras en la
tierra. Y esta será su propia recompensa. La maldad que la persona haya
cometido en la tierra será juzgada por una variedad infinita de maneras, según
las varias clases de pecado. Por lo tanto estaba correcto que Cristo dijera:
el fuego es general, pero el gusano de ellos es particular.
Algunos cuestionan si en verdad hay fuego verdadero en el
Infierno – o sea, fuego material. Yo digo que es indudablemente verdadero fuego
material. Porque, ¿qué es fuego “inmaterial”? Tal cosa no existe – tal
como tal cosa como “agua inmaterial” no existe. Ambos son insensatez, una
contradicción en términos. Debemos decir que el fuego es verdadero, o negar su
existencia. ¿Qué si no es fuego verdadero? ¿Qué has ganado? Aquellos que dicen
que no es fuego verdadero están de acuerdo en que es algo igual de malo, si
acaso no peor. Así, ¿qué ganas con decir que no es fuego material? Y considera
esto - ¿no habla Cristo como si fuera fuego verdadero? Nadie puede
dudarlo. ¿Es posible que el Dios de la verdad hiciese parecer fuego verdadero
sin que lo fuese? ¿Quiere Dios asustarnos con espantapájaros? ¿Quiere Dios
asustarnos con cosas que no existen? ¡O, no pienses tal cosa! ¡No acuses a Dios
de no ser honesto! ¡No le imputes tal maldad al Altísimo!
Pero otros dicen: “No es posible que aquel fuego queme
siempre, por toda la eternidad. Por las leyes naturales, el fuego consume lo que
se le de. Y por estas mismas leyes, tan pronto como el fuego ha quemado su
combustible, se apaga.”
Es cierto que en este mundo, bajo las leyes naturales, el
fuego consume lo que se le da – y luego se apaga. Pero he aquí el error: las
leyes de la naturaleza no son inmutables, no son incambiables. Pero son
incambiables en este mundo presente, pero el Infierno es otro
mundo. La escena presente es totalmente cambiada allí, y las leyes presentes no
están en efecto en ese lugar. En el Infierno nada se disuelve, ya nada se
consume. Es cierto que el fuego consume todo ahora, pero el Infierno no existe
en este mundo presente, bajos sus presentes leyes. En aquel otro mundo, estas
leyes ya no funcionan.
Aun aquí en la tierra el fuego no lo consume todo. Parece
que Dios nos ha dado una muestra terrenal de lo que será en el Infierno. ¿No es
el linum asbestum [asbesto], la materia incombustible conocida en Europa?
Si tuvieses una toalla hecha de eso (hay una en el Museo Británico) la podrías
tirar al fuego más ardiente y no se quemaría para nada. Por lo tanto, hay una
sustancia [asbesto] que aun ahora, en este mundo presente, puede estar en el
fuego sin quemarse.
Muchos escritores clásicos han hablado de otros tormentos
en el Infierno, además de ser echado al lago de fuego. Thomas a Kempis habla de
los tacaños que han derretido y tragado el oro. Da muchos otros tormentos en
particular, propios para los pecados particulares de los hombres. Nuestro gran
poeta, Shakespeare mismo, habla de los habitantes del Infierno atravesando una
variedad de torturas, no estando siempre en el lago de fuego, sino
Por pies de arpía, furias a rastras
En regiones de hielo, y luego de regreso a través de
Extremos, más feroces por el cambio.
¡Pero no hallo ni sombra de ello en la Biblia! Y este es un
tema demasiado terrible para que juguemos con el por la imaginación. Apeguémonos
a la Biblia sola. Es suficiente tormento morar con el ardor eterno.
Un escrito oriental dijo la historia de un rey Turco
culpable de gran maldad, pero una vez había ayudado a un hombre. Pasó por donde
un hombre pobre había caído en un hoyo donde hubiera muerto, el rey le dio una
patada sacándolo del hoyo, salvándole así la vida. La historia cuenta que el rey
mismo fue mandado al Infierno, pero su pie con que salvo al hombre quedó fuera
de las llamas. Pero si esto fuese cierto, ¿qué consuelo daría? ¿Qué si ambos
pies, y aun ambas manos quedaran fuera de las llamas? ¿En qué te ayudaría? ¿Si
todo tu cuerpo saliera, y fuera puesto donde no hay llamas que lo toquen, y solo
una mano o un pie quedaran en el fuego, te consolaría? ¿Te sentirías mejor?
Antes era común que padres Cristianos dijeran a sus hijos: “Pon tu dedo en la
llama de la candela. ¿Puedes dejarlo ahí por un minuto? ¿Cómo podrás soportar el
fuego del Infierno?” Seguramente sería tormento suficiente quemar la carne de un
solo dedo. ¿Qué será tener el cuerpo entero sumergido en el lago que arde con
fuego y azufre?
“Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se
apaga” (Marcos 9:48).
III. Tercero, piensa en varias otras cosas conectadas con el
gusano
que – no muere y el fuego que nunca se apaga.
que – no muere y el fuego que nunca se apaga.
Primero, piensa en la gente que te rodeará en el Infierno.
Es común oír en nuestras prisiones decir: “¡O, quisiera que me colgaran en otra
parte. Odio estar con la gente miserable de esta prisión!” ¡Pero los peores
criminales en nuestras prisiones son nada comparados con los habitantes del
Infierno! ¿Qué tal te gustaría ser echado en una celda con asesinos, asesinos de
serie, ofensores sexuales, caníbales, y sadistas? ¿Qué te parecería pasar una
noche en tal celda – con esos habitantes? ¿Qué tal te parecería un mes allí? ¿Un
año? ¿La eternidad?
Aun las torturas de la Inquisición Católica fueron paradas
por los encargados cuando veían que la persona torturada ya no soportaba más
dolor. Ordenaban que cesara, porque era contra las reglas que la persona muriera
durante la tortura. También, la persona torturada desmayaba, y por un tiempo no
sentía dolor. Pero los que te atormentan en el Infierno son más malvados que
cualquiera de la Inquisición o los que torturaban. En el Infierno, los
atormentadores no tienen una gota de bondad. Nadie los detiene de usar su maldad
total para atormentar a aquellos a su alrededor. Serás entregado a “los
atormentadores” según la Biblia. Tus atormentadores demoníacos tendrán mucho
tiempo para variar sus métodos de tortura de mil modos. No cabe duda que un
espíritu maligno podría asustar a muerte al hombre más fuerte en la tierra, si
Dios lo permitiera. Piensa en lo que los demonios te harán en el Infierno,
¡donde Dios no te protegerá de esos espíritus malignos!
Segundo, piensa en todos los tormentos de cuerpo, mente y
espíritu sucediendo sin fin, sin interrupción, sin paro. No habré descanso del
dolor, sino que “el humo de su tormento sube de noche y de día” según la Biblia.
¡Día y noche! Todas las veinticuatro horas hay tortura en el Infierno. Cual sea
lo que hayan soñado los poetas antiguos o modernos, Homer o Milton, en el
Infierno no hay sueño. No importa cuan grande sea tu sufrimiento, ni cuan
intenso tu dolor, no hay posibilidad de desmayar, no, ni un solo momento. Nunca
dormirás ni estarás inconsciente – sino constantemente atormentado – noche y
día.
Aquellos que viven en la tierra a menudo se apartan de la
depresión por los cambios del clima, la luz del sol, el sonido de niños jugando,
o el sonido de la música. Pero aquellos que están en el Infierno no tienen nada
para entretenerlos ni sacarlos de sus tormentos – ¡ni por un solo minuto!
¡Eclipse total: Ni sol, ni luna!
Sin cambio de estación, sin amistades que te alegren y
visiten; sin música; sin negocios de trabajo; nada sino una escena de horror sin
interrupción. Están
¡Temblando vivos de nuevo,
Y agonizando en cada poro!
Y agonizando en cada poro!
Y no hay fin a este tormento. ¡Qué pensamiento! Estarás
consignado al Infierno para siempre. ¿Quién puede contar las gotas de agua, o
las arenas del mar, o los días de la eternidad? Cada sufrimiento en la tierra es
suavizado con el pensamiento de ser librado. Aun el pensamiento de la muerte se
considera de liberación a aquellos en la tierra que padecen gran dolor. Pero en
el Infierno nunca morirás, no hay esperanza ni de la muerte. En el Infierno
La esperanza nunca llega, que llega a todos
los habitantes de la tierra. Allí el sufrimiento nunca
termina. ¡Qué! ¡Los sufrimientos jamás terminarán!
¡NUNCA! – donde se hunde el alma aquel sonido,
a un golfo oscuro, ¡y cuan profundo!
a un golfo oscuro, ¡y cuan profundo!
Supone que millones de días, años, edades pasaron, y tú
todavía estás al principio de la eternidad. El dolor de tu cuerpo y alma no
estarán cerca de algún fin un millón de edades de ahora. Cuando seas lanzado al
“asbestos.” ¡Qué enfático! “El fuego, inapagable.” Todo acabó.
“Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se
apaga” (Marcos 9:48).
Concluyo con un pensamiento más, prestado del Dr. Watts
(Isaac Watts, D.D., 1674-1748):
¿No hemos visto a muchos pecadores, por ningún lado,
cortados en sus pecados? Y qué sino solo la tierna misericordia de Dios nos ha
librado semana tras semana, mes tras mes...? ¡Qué a menudo hemos incurrido la
sentencia de condenación por nuestra rebeldía repetida contra Dios! Todavía
estamos vivos ante Su presencia, y oímos las palabras de esperanza y salvación.
¡Que miremos y temblemos ante los pensamientos de aquel terrible precipicio, a
la orilla del que tanto tiempo hemos vagado! Huyamos al refugio a [Jesucristo].
Es hora de que vengas a Cristo y seas lavado de tus pecados
por Su Sangre. Si no vienes a Cristo ni experimentas una conversión definitiva,
pronto irás
“Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se
apaga” (Marcos 9:48).
(FIN DEL SERMÓN)
Tú puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet,
en http://www.realconversion.com/. Oprime "Sermones en Espaol."
Tú puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet,
en http://www.realconversion.com/. Oprime "Sermones en Espaol."
La Escritura Leída por Dr. Kreighton L. Chan Antes del
Sermón: Mateo 25:41-46.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Almost Persuaded” (por Philip P. Bliss, 1838-1876).
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Almost Persuaded” (por Philip P. Bliss, 1838-1876).
EL BOSQUEJO DE
RESPECTO AL INFIERNO – ADAPTADO DE UN SERMÓN
|
“Mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo,
que teniendo dos ojos ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no
muere, y el fuego nunca se apaga” (Marcos 9:47-48).
I. Piensa en lo que perderás en el
Infierno.
II. Piensa en lo que sentirás en el Infierno.
III. Piensa en varias otras cosas conectadas con el
gusano
que no muere y el fuego que nunca se apaga. |
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